domingo, 8 de marzo de 2020


Epitafio

Estas palabras serán lo único que quede de mí cuando yo me haya ido.
Cositas que escribí y que escribo para casi nadie, para todos, para mí, no importa para quien, se escriben solas, fluyen.
"Era una buena mujer", eso quedará, y estas palabras.
Porque cuando partimos, todos recuerdan primero lo bueno. Al revés que cuando estamos vivos. Así que, llegado el momento, seré buena para todos. Incluso para los que no me conocieron nunca.
Para los que me conocieron lo malo.
Para los que me inventaron lo malo.
Para los que lo padecieron.
Para los que lo generaron.
Para quienes vomitaron y defecaron sobre todo lo bueno que, a dicha fecha, casualmente, reconocerán.
Pero yo, para entonces, ya estaré despersonalizada. Ni buena ni mala: ida. Así que sus halagos post mortem,  métanselos donde mejor les quepan. A llorar al campito. Aquí, no.