sábado, 25 de mayo de 2019

La profundidad es un tesoro con el que es muy difícil toparse en estos tiempos. Los seres humanos evolucionamos a una nueva versión beta, bajo la ecuación ergonómica menor densidad/mayor contenido (involutivo, dicen las letras pequeñas); estamos compuestos en nuestra gran mayoría por mierda, odio y estupidez atómica. Muy por debajo, escondida, quedó la profundidad. Saluda desde el fondo, con timidez de asomarse, con fobia social. Un poco abofeteada e inerme. Acostumbrada a invisibilizarse con los superpoderes que le proveyó la civilización moderna, con la magia de su inmediatez. Así es, contenido liviano, de tránsito rápido. Flotando en la superficie como un cadáver camuflado, como heces con ornamentos de diseñador. Disculpe el atrevimiento de la pregunta, pero, ¿Y la profundidad? Bien, gracias, allí a lo lejos, donde casi todos la ponen(mos). Debajo de los ladridos pro bando, de los argumentos falaces, de las toneladas de technology upgrades & social networks, de las conversaciones monotemáticas revestidas de frases cliché, de las poses cool. ¡Venga! Que si somos apuestos y estamos al grito de la moda, o si somos estética y mentalmente insulsos pero estamos atentos a copiar frases y posturas de los engranajes top-ranked en el sistema, no necesitamos descender a lo profundo, ¿verdad? Es decir, ¿para qué? Es un tanto aburrido el pensamiento abstracto y elevado, un tanto complejo y peligroso abrirse el camino bajo el telar de lo masivamente entretejido, ¿cierto? ¡Si el tramado socialmente impuesto se ve tan bonito! Es más fácil atacar como simio rabioso que escuchar, hablar del culo de la vecina que de ideas, imitar que crear, tapar el cerebro con idioteces que dialogar sensatamente con uno mismo y con el universo. ¡Hay tanto con lo que entretenerse en estas épocas! ¿Quién quiere razonar tanto? ¿Quién quiere alzar su voz si no es dentro de un hashtag?
Keep calm and drop deep thoughts far away. Nos hemos vuelto un compilado de emojis, insulsos como los filtros que ponemos a las fotos. Y nuestros sentimientos se han tornado descartables, como todo lo que no es fotografiable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario